Desde la ventana de nuestro hostal. |
En Sallent se puede comprar y sacar dinero de los cajeros. Hay mucho bullicio y se agradece ver gente y terrazas donde poder tomar una cerveza.
Pasamos toda la noche con tormentas según me cuentan, yo ni me enteré.
Preparación como todos los días de mis potingues. Unos polvos son para llenar de glucógeno antes los músculos y favorecer la recuperación, las gotas son para oxigenar las células…
A las siete de la mañana el taxi nos recoge de la puerta del hostal, ya desayunados y con algunos estiramientos hechos. Nos lleva hasta la cola del embalsa de La Sarra.
Pasamos toda la noche con tormentas según me cuentan, yo ni me enteré.
Preparación como todos los días de mis potingues. Unos polvos son para llenar de glucógeno antes los músculos y favorecer la recuperación, las gotas son para oxigenar las células…
A las siete de la mañana el taxi nos recoge de la puerta del hostal, ya desayunados y con algunos estiramientos hechos. Nos lleva hasta la cola del embalsa de La Sarra.
Empezamos la travesía, pasado el embalse de La Sarra. |
Justo allí hay muchos coches aparcados y se ve que la gente a vivaqueado allí donde se acaba la carretera y empieza el camino hacia el ibón de Respomuso. Hace muy buena temperatura.
A las 7:38 comenzamos nuestra “etapa reina”. -Con paso tranquilo ...- nos dice Jesús. Avanzamos contentos, hace un día maravilloso y parece que al menos Jesús y yo vamos encontrándonos cada día más aclimatados al esfuerzo. Maxi, de repente se encontró con todo de golpe.
A las 7:38 comenzamos nuestra “etapa reina”. -Con paso tranquilo ...- nos dice Jesús. Avanzamos contentos, hace un día maravilloso y parece que al menos Jesús y yo vamos encontrándonos cada día más aclimatados al esfuerzo. Maxi, de repente se encontró con todo de golpe.
A las 10:17 llegamos al ibón Respomuso (2140 m) y aparece algo lejos aún el refugio de Piedrafita. Veinte minutos más tarde estamos al sol pero protegidos por una pared del refugio del aire que nos golpea.
Comemos algo mientras un helicóptero se pasea por encima de nosotros.
Mal asunto, en principio.

Comemos algo mientras un helicóptero se pasea por encima de nosotros.
Mal asunto, en principio.
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Con las botas atadas por los cordones y por encima de nuestro cuello y hombros pasamos como podemos a la otra orilla.
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La nieve va apareciendo en neveros cada vez más grandes y algunos ibones pequeños se nos van presentando ya cubiertos de nieve.
A las 12:42 llegamos al ibón Llena Cantal parcialmente cubierto de nieve. Ya vemos como el valle se cierra al fondo y la nieve va apareciendo en el paisaje.
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Ibón Llena Cantal |
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.Al fondo el macizo del Balaitus. |
Macizo del Balaitus |
En la rampa final previa al collado |
Jesús se va hacia el fondo del valle... |
Estamos llegando a la base del Pico Gran Alto de Pondiellos (2916 m) lo dejamos a nuestra derecha. Aquí nos encontramos con dificultades. La pendiente se hace cada vez más fuerte y no llevamos piolet. Había que prescindir de él para no llevarlo toda la travesía.
Veo que pega un salto y que intenta saltar el espacio entre la nieve y la roca pero no se sujeta y yo le grito a Jesús para que se esté quieto, que no intente buscar la salida por ahí.
El final del valle |
Veía claro que había que subir esa rampa y cuando Jesús llegó a donde estábamos nosotros, un poco en precario aguantando en una pendiente de roca helada que se desmenuzaba mezclada con nieve, comenzamos a remontar aquello.
Nos faltaban 50 metros de desnivel para llegar al que considerábamos el collado de Piedrahita o Cuello Tebarrai (2782 m).
Estamos bajo nubes y el aire empieza a darnos la bienvenida. Un aire desagradable, frío y constante que unido al cielo oscuro marcaba un ambiente un tanto crudo.
Apoyándonos en nuestros bastones vamos superando con mucho esfuerzo los últimos metros y aparecen delante de nosotros una pareja que nos preguntan en inglés. Jesús aquí interviene y les dice que efectivamente estamos en el collado Tebarrai y que es correcto que bajen por donde nosotros subimos. Estaban asustados porque desde el mismo collado la pendiente no te deja ver la bajada, hace como una panza.
Vamos en camisetas, sudando y hace mucho frío en el collado.
Esta todo muy oscuro y oímos algunos truenos que aunque algo lejanos no nos ayudan a mejorar el ambiente.
Nos ponemos algo de ropa. Son las 14:02. Al otro lado y debajo de nosotros aparece el ibón de Tebarrai, y se ve el cuello del Infierno.
Es un sitio espectacular que merece la pena saborear con un día soleado. Deseando irnos de allí, y con la ayuda de nuestros bastones, rápidamente empezamos a descender por un camino que se ve claro hasta el mismo collado del Infierno.
Nos faltaban 50 metros de desnivel para llegar al que considerábamos el collado de Piedrahita o Cuello Tebarrai (2782 m).
Estamos bajo nubes y el aire empieza a darnos la bienvenida. Un aire desagradable, frío y constante que unido al cielo oscuro marcaba un ambiente un tanto crudo.
Apoyándonos en nuestros bastones vamos superando con mucho esfuerzo los últimos metros y aparecen delante de nosotros una pareja que nos preguntan en inglés. Jesús aquí interviene y les dice que efectivamente estamos en el collado Tebarrai y que es correcto que bajen por donde nosotros subimos. Estaban asustados porque desde el mismo collado la pendiente no te deja ver la bajada, hace como una panza.
Vamos en camisetas, sudando y hace mucho frío en el collado.
Esta todo muy oscuro y oímos algunos truenos que aunque algo lejanos no nos ayudan a mejorar el ambiente.
Nos ponemos algo de ropa. Son las 14:02. Al otro lado y debajo de nosotros aparece el ibón de Tebarrai, y se ve el cuello del Infierno.
Es un sitio espectacular que merece la pena saborear con un día soleado. Deseando irnos de allí, y con la ayuda de nuestros bastones, rápidamente empezamos a descender por un camino que se ve claro hasta el mismo collado del Infierno.
Desde el collado de Tebarray hacia la otra vertiente. Ibón de Tebarray y Cuello del Infierno |
Bajando con cuidado pero ya había pasado lo más delicado |
Ibón de Tebarray |
Ya bajamos hacia los Ibones azules |
Es un placer bajar por estas rampas de nieve |
Después el ibón de Bachimala – que tiene una isla en el centro- nos lo recorremos en toda su longitud sin perder altura. Parece que nunca vamos a bajar.
Más abajo nos cruzamos con una persona que subía corriendo por el camino. Estamos ya cerca. 
Llegamos al refugio, muy cansados perocontentos. Son las 19:15. Hemos andado durante casi doce horas.
1 comentario:
Excelente blog. Yo hice el mismo recorrido unos días antes que vosotros, del 12 de junio al 25 de julio, en el mismo sentido. Creo que si volviese lo haría de nuevo de oeste a este, por que ello te permite ir más tiempo a resguardo del sol. Sólo te cruzas con él en el collado.
Tengo mis recuerdos y consejos colgados en andarines.com. Ánimo a los que todavía dudais. No os arrepentireis.
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