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domingo, 9 de noviembre de 2008

Etapa 25 .·. Ref. Coma Pedrosa - Arans · 22 jul 07

Recuperados de lo de ayer, aunque fortalecidos como se suele decir, desayunamos en el refugio bastante bien. Estiramos nuestros músculos y huesos un poco, preparo mis potingues y recomponemos los macutos revisando si todo esta seco. Sacando las cosas del macuto y volviendolas a meter, recolocándolas, prácticamos un ejercicio muy útil de reubicación de nuestra cabeza. Si las cosas están revueltas, mojadas, descolocadas nuestras cabezas se encuentran igual. Damos las gracias a los responsables del refugio por su servicio, agradeciendo una vez más la cálida acogida -por la lumbre encendida- de ayer que nos hizo recuperar todo el calor corporal que habíamos perdido en la etapa.
Estamos en Andorra
Hoy será una etapa relativamente cómoda, no llueve y hay buenas previsiones, son 9 km, de los cuales 7 son de bajada, aunque con desniveles totales de 1.400 mts que machacan bastante, y 2 km de subida al collado de Les Cases con un desnivel de 500 mts.
A las 08:30 nos vamos del refugio y bajamos unos metros a encontrar más abajo las marcas de nuestra senda que ya desciende vertiginosamente por el valle del Riu de Coma pedrosa primero y después por el cauce del Riu d´Arinsal, son 850 metros de desnivel que se van recorriendo plácidamente, al sol, rodeados de agua, prados de hierba y rocas. Creo que fue por aquí por donde vimos subir andando a dos hombres llevando las riendas de un potente caballo de carga. No hay cobertura de móvil durante el camino.
Son las 10:20 cuando llegamos a Arinsal. Estamos en la zona de remontes de las pistas de esquí. Supuso la entrada en la "civilización" de nuevo, cobetura de móvil, bares, tiendas de comida... Agradecimos un café con una madalena y nos dedicamos unos minutos a hablar con nuestras familias. Se cumplía el aniversario de boda de Jesús y María Angeles y lo celebramos por teléfono con ella.
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Estábamos tranquilos, y nos dedicamos a ir bajando por la calle principal, sin molestarnos en mirar el plano. ¿Total para qué...? Pues eso, para no perdernos de nuevo. Empezamos a bajar por la calle esperando encontrar unas marcas que acababamos de perder. Yo pensaba: claro, por las calles del pueblo han omitido las señales.
En el recorrido nos encontramos una fuente muy bonita que tenía una indicación de Gr que nos devuelve la tranquilidad y a Jesús la sonrisa a ver como sus cantimploras se llenan después de beberse un buen trago. Jesús ha llevado durante toda la travesía la molesta sensación de que le va a faltar agua. Disfruta bebiendo a chorros, llenándose de líquido si pudiera en cada una de las fuentes.
Nuestra intención era comprar jabón de marsella, un mapa y agua. Hoy es domingo.
Después de esta fuente nos relajamos y seguimos caminando sin buscar señales y bajando y bajando nos salimos del pueblo. No se por que no miramos los planos. Caes en la falsa idea de que te vas a dar cuenta de una posible variación de dirección viendo las señales, pero las perdemos y seguimos bajando confiados. Por allí no hay nadie a quien preguntar, y nos hemos alejado bastante desde la última marca. Jesús deja el macuto en el suelo y se dirige a buscar un establecimiento con alguien dentro, claro que preguntar por un camino GR al primero que te encuentres puede ser desalentador. La mayoría de la gente no sabe eso del Gr como iríamos comprobando en más sitios. Al cabo del rato viene diciéndome que estamos muy lejos de donde debíamos estar, había que volver. Estabamos en La Massana según decía el lugareño, muy por debajo de nuestro destino, casi no sale ni en nuestro mapa. Vuelta para arriba. Son las 13:10 y efectivamente nos "hemos pasao dos pueblos".
Al volver cuesta arriba léntamente pasamos junto a un bar que tiene mesas en la calle, se llama El Bosc, y nos dió buena impresión asi que decidimos comer bien aprovechamos el momento del día y luego tranquilamente acabaríamos la etapa. Quedaban 4 km, aunque con 500 mts de desnivel de subida y luego otros 600 mts de desnivel de bajada. Tampoco nos podíamos relajar mucho pero nos apetecía comer bien. Bueno la verdad es que siempre que hemos podido hemos devorado bastante. El dueño muy amable y el lugar aunque con un poco de aire de vez en cuando, no se estaba mal porque el sol también nos daba. Retiramos el toldo para sentirlo, la etapa de ayer fué muy sombría.
Pues justo al lado del bar estaba el desvío de nuestro camino. Jesús le preguntó al dueño y supo indicarnos al hablarle de Arans y del coll de Casses.
Nos tomamos dos platos combinados muy ricos y unos cafés que nos devolvieron la alegria.
Empezamos a andar y no acabamos de encontrar las señales y nos vamos a la derecha y acabamos encerrados en una calle sin salida. Era para el otro lado.
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Al coll de Casses llegamos a las 15:17. Hay dos bolsas de escombros llenas de bolsas de basura que esperan ser recogidas. Estamos comprobando que en Andorra se preocupan de la limpieza no sólamente de las calles, que ya les vendría a nuestros pueblos y ciudades, sino también del campo. Ese sitio donde para muchos significa llegar en coche, soltar allí lo deshechos, y volverse a la ciudad "saboreando tu día de campo".
Tabaco
Caminando junto a plantaciones de tabaco, llegamos a Arans, 1.360 mts, y recorriendo el pueblo hacia abajo acabamos en la carretera que sube de Ordino. Justo allí vimos un hotel y nos quedamos. Como saldríamos pronto pagamos ésa noche y nos pidieron que dejasemos la llave en una puerta justo al lado, nos la recogería una señora que luego comprobaríamos que era la madre del dueño del hotel. No nos podrían dar de desayunar, el bar abría más tarde. Había que asegurar la cama y la cena ya veríamos.
Cuando bajamos a cenar y nos sentamos, nos damos cuenta que somos los primeros, que los camareros están aún sentados en plena tertulia. Se levantan rápidamente y uno de ellos nos trae la carta y vemos que son cosas "bastante ligeritas" para nosotros en aquellos momentos, otras no entendíamos de que se trataba y el precio allí era algo caro. Nos miramos y decidimos irnos de allí a buscar algo más "real". Era una cocina un poco fina para nuestras necesidades de ese día.
Nos decidimos a bajar un poco por la carretera para ver unas casas que había como a unos trescientos metros. Llegamos al hotel Cal Daina donde si que había cena de menú y además apetecible. Allí podíamos haber dormido también, parecía más asequible y desayunamos también al día siguiente. Les pedimos que nos preparasen unos bocatas generosos de pernil.... -sin tomate, claro, que luego se pone blando el jamón- para la etapa del día siguiente.
Tendemos en el balcón de la habitación.

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