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domingo, 9 de noviembre de 2008

Etapa 23 .·. Tavascan - Ref. Vallferrera · 20 jul 07

Nuestra habitación en el Hotel Marxans estaba en la planta baja, daba a una calle del pueblo y por la noche hubo trasiego de gente haciendo ruido. 
Estaban como de fiesta.
Nos dejaron unos termos con el desayuno en una sala al lado y salimos pronto a caminar. Va a ser una etapa larga y con desnivel.
 Primero subiremos al collado de Tudela con un desnivel de 1.120 mts y un recorrido horizontal de 11 km. Luego durante 5 km hay una bajada en picado de 1.000 mts hasta Àreu en 5 km de recorrido, y ya desde allí siguiendo el curso del rio Noguera de Vall Ferrera iremos subiendo poco a poco al refugio de Vallferrera. El nombre de Vallferrera viene de "Valle del Hierro" debido a las extracciones de hierro que se hicieron entre los siglos IX y XII.
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Salimos muy temprano, son las 06:20 y ya estamos pateando, empieza a aclarar.
A las 11:50 llegamos al coll de Tudela, 2.220 mts, hace un día expléndido, como todos hasta ahora. Nuestras peticiones de buen tiempo al Universo se están cumpliendo y Jesús me hace bromas. La bajada a Àreu es rápida y al final es una pista la que nos lleva a las afueras del pueblo. Son las 13:35. No nos apetece bajar un km aunque vamos sin agua, y nos quedamos junto a una acequia de agua para regar y allí comemos un poco de lo que llevamos. Jesús coge agua de la acequia y al ir a coger una pastilla potabilizadora se le caen al suelo. Maldiciendo y con paciencia, las recoge una a una.
El recorrido por el valle es muy bonito. Llevamos tiempo necesitando coger agua y eso nos hace ir incómodos. La deshidratación se une al cansancio de la etapa y empiezas a encontrarte mal. Vemos unos arroyos pequeños que bajan por nuestra derecha y sin dudarlo Jesús deja su macuto en el suelo y se agacha. Cuando se incorpora se da cuenta que no tiene las gafas. No se las encuentra encima, y la cremallera del bolsillo plano superior del macuto, la "seta", esta abierta. Se asusta. Me cago en .... -dice llevándose las manos a la cabeza- Se asusta mucho. Empiezo a ver que se está llevando un disgusto tremendo, que no sabe que hacer, va para un lado, para otro. Me asusto yo también. Nunca le había visto tan desesperado. Perder las gafas "de ver" en la montaña en nuestra situación habría sido un problema. Intentamos calmarnos y buscar con cuidado porque no sabemos donde pisamos y podemos destrozarlas con nuestras botas. Después de un rato de desconcierto las descubro en el suelo unos metros antes de donde habíamos parado. Puede ser que al hacer el movimiento de quitarse el macuto, al llevar la cremallera abierta, saliesen disparadas y con tan buena suerte que no se estrellaron contra una piedra. ¡¡¡ Jesús, aquí están !!! Menudo disgusto nos llevamos. Yo insistía una vez más que el sitio no era el adecuado que no estaban protegidas y que cualquier cosa que sacase de ahí podía hacerle perder otra. Sí, sí... llevas razón - me decía- Pero creo que Jesús siguió guardando las gafas claras en el mismo sitio. Es que las iba intercalando con las de sol y cuando las necesitaba me pedía que se las cambiara. Un poco rollo pero así le gustaba a él. Es como el agua. Al llevar las cantimploras en los bolsillos laterales del macuto no tenía facilidad para cogerlas. O se quitaba el macuto para beber o me pedía que le sacase las botellas. Durante toda la travesía Jesús ha necesitado que yo le diera las botellas de agua. Es importante que tengamos acceso rápido y comodo al menos a una botella de agua de medio litro para ir bebiendo sorbo a sorbo según lo necesitemos. Dentro del macuto irá el resto.
Bueno, pues seguimos y valle arriba llegamos a un lugar llamado las bordas del Gavatxó y nos encontramos con una agradable sorpresa. Hay preparada una fuente preciosa con un agua riquísima y allí nos saciamos toda la sed y los malos humores que traíamos desde hace unas horas. Se trata de la Fuente del Gavatxó.
Llegamos al ref. Vallferrera a las 6:15. Llevamos más de 12 horas caminando. No hemos reservado y tenemos problemas. Hay un grupo grande gente y el refugio es pequeño. El tiempo fuera es desapacible, hace frío y está muy nublado. No apetece pensar en montar la tienda y mucho menos en hacer un vivac. La tienda es insuficiente para los dos, no cabemos con los macutos y no tiene doble techo. En caso de necesidad nos habríamos apañado pero estando en el refugio preferimos dormir en cualquier sitio dentro. La chica que nos atiende valora todo, vamos a cenar, a dormir y a desayunar y nos da la solución de dormir en el comedor cuando se acabe la cena. Lo único, nos tenemos que esperar.
El refugio está en reforma y los baños están fuera aunque bastante aceptables. Nos apañamos en unos lavabos corridos que tiene para lavar la ropa, aunque algo incómodo. El agua muy fría. El agua caliente de las duchas con moneda.
La cena es normal. Nos tomamos nuestro vino, por supuesto, y a dormir. Agradezco no estar en las literas, aquí abajo en el comedor junto a la puerta de la calle que la dejamos entornada, se respira mucho mejor. Espero que mañana las nubes hayan desaparecido.

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