Según la guía es una etapa de 6:08 horas, sin contar descansos, nosotros tardamos 9 horas. Hay un desnivel de subida de 612 mts y un desnivel de bajada de 1.225 mts. intercalándose repechos en la parte final.
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Estamos en el Ripollés. El Pirineo cambia desde aquí notándose la influencia mediterránea a tope. A partir de aquí el calor no nos va a dejar. Jesús empieza a creer en los estiramientos. Ayer, estiró algo antes de cenar y le ha sentado bien. Siempre se me duerme un rato mientras yo estiro, esperando a que le avise para la cena. Y ronca y todo, claro. A las 8:37 nos vamos y me comenta que se encuentra muy recuperado.
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No esta mal. Es agradable la subida entre sendas herbosas y buen camino. A las 10:40 llegamos.
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Tenemos por delante un desnivel de 612 mt hasta el coll de Lliens y para empezar el día al coll abriéndonos paso entre el ganado. A partir de aquí hay que tener cuidado pues hay encrucijadas de camino y nosotros nos perdimos. Vaya. Pero unos hábiles montañeros como nosotros supimos enseguida rectificar y continuar por el buen camino. Por aquí está la collada de la Fembra Mort, 1735 mt, con todos sus vericuetos. Otro desnivel de casi 600 mt nos baja a Molló, 1184 mt, que se encuentra en fiestas.
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Son las 13:30 y tenemos hambre. Molló esta adornado para sus fiestas y nosotros nos colamos en la vida del pueblo, de repente, como unos aparecidos, pero seguimos unos pasos hasta encontrar una fuente para comer. Allí fuimos felices con nuestros bocatas de pernil..(sin tomate que luego se pone blando el jamón). La gente nos mira con curiosidad hasta que a uno que andaba por allí sin hacer nada, Jesús le pregunta por donde se va a Beget.
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Se trata de un legionario que nos empieza a contar sus caminatas por el Pirineo. Que si es su pasión, que el también recorrió muchos lugares, que ahora ya no puede pero que en su momento.... -yo creo que podría ser mas joven que Jesús-
Cuando Jesús pregunta, yo lo llevo mal porque no mira el mapa. Echo en falta compartir las interpretaciones que estás obligado a hacer cuando te tienes que orientar. Jesús no necesitaba mirar los planos, porque de haber sido así lo habría hecho. Yo si. Soy bastante planero, me gustan. Y pienso que quizás los hemos mirado menos de lo conveniente, y que no haber sido así, creo que nos habríamos perdido menos veces. El plano, la brújula y el altímetro, efectuando controles frecuentes nos pueden ahorrar horas de caminata... y mal rollo.
Son las 14:01 y nos vamos de Beget bajando por una calle ancha, corta y empinada, hasta la carretera. La tomamos en dirección a la Iglesia -románica- dejándola a nuestra izquierda, cruzamos la carretera de Camprodon a Coll d´Ares y tomamos la senda hacia abajo donde aparece el rio Ritort. Una senda, con multiples confluencias y toboganes nos lleva al Coll de la Boixeda, 1210 mts. Son las 14:50
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Ya es prácticamente todo bajada con algún pequeño repecho. Pero al llegar al Coll de la Boixeda vas a parar a una carretera que la cruzas y las marcas te llevan a un bosque impenetrable si no es por algún camino marcado. Nada más empezar el bosque tenemos dificultad con las marcas
En un lugar, entre claros y espesuras nos damos cuenta que nos hemos perdido. Buscamos la continuación por lugares que nos parecen sendas pero que vamos rechazando en la medida que no vemos aparecer nuestras marcas y las pisadas en el suelo se las come el bosque. Volvemos sobre nuestros pasos, rebuscando, y encontramos el lugar donde nos salimos de nuestra ruta. Un sitio en el que hay que girar 90 grados y falta la indicación que te saque de lo que aparentemente es lo correcto. Falta la señal de cambio de orientación y la de camino equivocado. Es grave, porque el lugar no admite equivocaciones. El camino es precioso, un bosque de hadas y gnomos, muy denso.
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La senda nos lleva por un lugar llamado Can Puyol -tengo una anotación de que había cosas plantadas pero no me acuerdo de más-. Estamos a 1014 mts y aún hay que descender 600 mts hasta Beget. El camino de bajada es precioso, merece la pena repetirlo. Hay puentes románicos, masías hundidas por el olvido y una senda clara, entre las copas de los árboles que dificilmente dejan pasar la luz en algunos tramos.
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Llegamos a Beget, 617 mts. Son las 17:30 y unas cervezas con olivas nos esperan en la primera terraza que nos encontramos. Nos desabrochamos las botas. Somos felices. Jesús les ofrece a nos guiris que tenemos al lado que prueben nuestras olivas.
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Buena cena, en el patio de la entrada del hostal, solos, ya que era tarde de domingo
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y la avalancha de turismo hacia horas que había dejado el lugar. Ensalda catalana, conejo con higos y requesón con miel. No se lo que me produjo unos gases tremendos, pero por la noche sufrí unos dolores de pecho y estómago tremendos que me obligaban a levantarme continuamente para expulsarlos. Al tumbarme me dolía mas. Jesús a la mañana siguiente me preguntó que me había pasado. Es algo que algunas veces me ocurre.
La habitación del hotel es agradable y las vistas son hacia una parte reconstruida del pueblo y que le da un aspecto de lugar medieval.
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