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domingo, 9 de noviembre de 2008

Etapa 18 .·. Ref. Coronas - Ref. Conangles · 15 jul 07

El refugio libre del Puente de Coronas a casi 2.000 mts, nos ha permitido descansar después de la larga caminata de ayer. La pareja de muchachos que apareció a última hora ya se habían marchado cuando nosotros nos levantamos. Hace mucho frío, son las siete de la mañana y perezosamente vamos recolocando de nuevo los macutos.
Un desayuno a base de galletas, algo de chocolate y poco más. Poco para comenzar una jornada tan larga. El aligerar los macutos hace que prescindamos del infernillo y en determinados momentos se hecha de menos. Hay que ver si se puede cambiar por otra cosa. El macuto no debería pesar más de 12 kilos. Acaba clavándose en los hombres y no sabes como colocarlo.
Cuando me encuentro estirando en la entrada del refugio, llega el autobús con gente desde Benasque. Nos podíamos haber ahorrado la caminata de ayer por el Barranco de Ballibierna, después de dormir plácidamente en una cama, con una buena cena y un buen desayuno. Pero no lo sabíamos.
Son las 08:15 y comenzamos a andar, despacio, buscando y siguiendo marcas para no despistarnos porque de aqui salen otros senderos hacia los ibones Coronas, Llosás y toda la cara sur del macizo de las Maladetas. Estamos rodeados por picos que superan ampliamente los tres miles, entre ellos el "Jefe" o sea el Aneto, 3.404 mt.
Ibones de Ballibierna
Hace frío y nuestros pasos son tranquilos buscando siempre lo más cómodo. Cuando ya el camino toma en dirección clara hacia los ibones de Ballibierna va apareciendo el granito y grandes bloques lo van cubriendo todo. El paisaje se vuelve gris y monótono. Solo piedras que nos obligan a ir saltando con cuidado para no tener un accidente.
Collado de Ballibierna
Ibones de Ballibierna
A las 10:00 sobrepasamos el primero de los ibones por una zona encajonada entre los bloques de la montaña y el agua.
Estany de Cap Llauset
El camino va recorriendo longitudinalmente la zona de los ibones hasta llegar al Collado de Ballibierna. 2.700 mt. Hemos salvado un desnivel de 700 mts. Son las 12:00. Allí abajo a lo lejos ya vemos el Estany Cap de Llauset.
La bajada es larga y por una pedrera incómoda. Hay que caminar con mucho cuidado sin perder de vista donde pones el pie. Es cansado. Vamos buscando las marcas pero a veces no se encuentran aunque ya se ve claro el destino. El collado d´es ibons lo tenemos enfrente. En ningún momento hay sensación de perdida pero a mitad de la bajada perdimos las marcas y siempre te queda la duda de si estarás desaprovechando un mejor trazado por no hacer coincidir tus pasos con lo "oficial". Es inevitable bajar hasta el ibón, 2.470 mts, bordearlo y subir al collado d´es ibons, cien metros más arriba, para luego seguir bajando ya imparables hacia el Puent de Xalenques, territorio frontera con Cataluña, en la cabecera del pantano de Morales.
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Son 1.000 mts de bajada inteminables que nos agotan las piernas y la espalda. Los ibones/Estanys se van sucediendo, el Estany Cap d´Angliós, el Estany de L´Ubago, los Estanys d´Angliós, el refugio d´Angliós que no recuerdo haberlo visto, y el Estany Gran. A partir de aquí y siempre con mucha pendiente, las rocas se cambian por bosque y caminamos entre vegetación a veces muy espesa lo que te obliga a ir apartando ramas continuamente. Se oye el río a nuestra izquierda pero no le vemos. Vamos muy cansados. Nos cruzamos con dos montañeros catalanes, mayores que nosotros, que nos cuentan que están haciendo el Gr 11 para luego seguir hacia Finisterre por el Camino de Santiago, por el de la costa. Nos da vidilla que haya gente haciendo cosas tan interesantes.
Llegamos a la carretera que sube hasta Viella -por el tunel -, la cruzamos justo en la cabecera del pantano de Morales y siguiendo la márgen izquierda del rio Noguera Ribagorzana subimos durante 2 kilometros y medio, un desnivel de 200 mts ya hasta el refugi de Conangliós. Es domingo y la gente que ha estado pasando el fín de semana en estos lugares ya se ha marchado, dejándonos sin cerveza fría en el refugio. Llegamos a las 6:15. Nos ha parecido un descenso brutal desde el collado de Ballibierna, más que por el desnivel, por la cantidad de pedreras con que nos hemos encontrado.
Nos dieron muy bien de cenar, acompañados de Paco, un montañero que estaba haciendo el sólo una ruta circular y que se conocia todos los vericuetos de la zona. Fué muy agradable. También había una perrita blanca que continuamente te provocaba para que la acariciases. Pudimos lavar la ropa, estirar y recomponernos del todo.

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